Hoy, y después de lo que se ha hecho demasiado tiempo sin escribir, quiero hacer un pequeño homenaje; algo que parece pequeño, pero necesario, para honrar la memoria de unos padres que nos permitieron a todos y cada uno de nosotros entrar en lo que hoy es El Templo de los Ángeles, y lo que ha sido y será siempre su casa. Os presento a Juan y Adela, los padres de María:
"En esta foto pueden ver a mis padres, que abrieron las puertas de su propia casa a todas y cada una de las personas que han ido pasando por El Templo. En ningún momento se molestaron sino que se sentían felices de ver que con ese gesto servían al Señor. Estoy segura de que mucha de la gente que lee este blog los reconoce. Ya no los tengo viviendo conmigo, pero ellos siguen en esta casa.
Antes de conocer al Señor mi padre estaba enfermo, un albañil al que nunca le sobró el dinero, por lo que tuvimos que ahorrar hasta poder pagar un taxi que nos llevara a la aldea de Los Chopos. Al llegar salió El Santo Manuel a la puerta y tras hablar con él le dijo que estaba totalmente curado.
Murió con 85 años, tranquila y plácidamente en esta misma casa donde nos reunimos cada Jueves.
María"