Una de las leyes más importantes en la naturaleza es que nada permanece, todo cambia. Hoy no somos lo mismo que seremos mañana. Las células que nos forman crecerán, morirán y nacerán otras nuevas, cambiando nuestra identidad desde lo más simple y fundamental de nosotros mismos. Año tras año, las personas que pasan por El Templo cambian, como las células, como nosotros, viene gente nueva, otras personas se van y otras siempre están ahí, más jóvenes, más mayores, las mismas pero diferentes (recuerden "todo cambia"). Por eso mismo, porque nada permanece siempre igual, porque todos los que estáis pasando dificultades hoy, quizá no mañana, pero tened la certeza de que esa dinámica cambiará ... que no vais a estar así siempre. Lo mismo para los que disfrutan de un momento dulce ... en un instante ese bocadito de vida que parece un pedacito de cielo se puede convertir ceniza en vuestras propias manos. Un despiste en el coche, un diagnóstico del médico y daríais absolutamente todo por para no sucumbir ...
Es Navidad ... es el momento de pensar y reflexionar en todo esto. Tomad un momento de vuestra ajetreada vida y pensad, daros cuenta de la cantidad de veces que le tenéis que agradecer a El Señor el haberos salvado ... ese momento en el paso de peatones cuando aparece un coche de la nada y pasa a centímetros, ese pequeño traspiés cuando bajabas las escaleras, esa tierra mojada que amortiguó el coche cuando decidió tomar una dirección que no debía... todo. Demos gracias porque nuestra suerte se concentra en esos pequeños grandes momentos de nuestra vida y no el 22 de Diciembre cuando "cantan el premio Gordo de la lotería de Navidad". Disfrutemos de esa comida, de esa cena que, más o menos cara, nos permite ver un nuevo amanecer mientras el mundo a nuestro lado se muere de hambre. Seamos cabales, disfrutemos de lo que tenemos y no nos martiricemos con lo que podríamos tener.
Vais a ver en las fotos a una mujer con los ojos siempre cerrados ... miradlo bien, ved la serenidad en su gesto y no la recordéis sólo en estas fechas, sino durante toda vuestra vida. Es El Señor, el pasado Jueves, representado en Lola, una de esas personas que, cambiadas, permanecen.
Reflexionemos ... y ¡Feliz Navidad!