Según el refranero tradicional, "mejor tarde que nunca", dicen, y en él me escudo al escribiros estas letras. Me remonto al Jueves 23 de Abril, día en el que se celebró, en El Templo de Los Ángeles, el día de La Virgen de La Cabeza. No fue una fiesta exuberante, pero hubo manjares, música en directo e invitados de postín .... sí, es otra forma de decir que fuimos un grupo de amigas que cantaron un par de canciones la virgen y compartieron un pedacito de pan.
Esto es todo lo que se necesita para pasar una tarde fantástica en compañía de El Señor, celebrando que podemos disfrutar de su presencia, palabras, consuelo y consejos ... aunque no siempre les hagamos caso.
Les dejo una imagen de la Virgen en aquel día, para que disfruten de la extrema belleza de la sencillez.
Un beso a todos y, ya sabéis, agradeced cada día lo poco que poseemos y daros cuenta de que somos muy afortunados (y felices) por tenerlo.
Mari.
