sábado, 21 de diciembre de 2013

¡Feliz Navidad!

Un año más tenemos la oportunidad de felicitaros la navidad repartiendo pan y estas pequeñas bolitas de anís. Pero también quiero que vosotros, los seguidores de El Señor os unáis a María para felicitar estas fiestas con ella, tanto a los creyentes como a los que no creen, al mundo en general, incluido el Papa Francisco, al cuál El Señor lo ha definido como un hombre que quiere poner el práctica lo que Él mismo predicó; ya que sólo con amor no se come, sino que hay que unirlo al pan, tal y como Jesús antes y El Santo Manuel hace unos años dijeron.
Todo el mundo debería de comer todas las noches, no sólo la del día 24 de diciembre y, para ello, es necesario que los gobernantes repartan lo mucho que tienen.

Que Dios los bendiga y que al año que viene, al menos muchas de las personas que ahora pasan necesidad, podamos cubrir las necesidades mas básicas.

¡Feliz Navidad a todos!


lunes, 14 de octubre de 2013

14 de Octubre de 1982

Hoy hace 30 años, a las 8 de la mañana, estando María trabajando fregando una terraza, en el cielo vio la figura de El Santo Manuel, que se iba. Se echó las manos a la cabeza pensando que no podía ser.
Una hora después la llamó su madre, Adela, y la dijo que El Señor había fallecido. En seguida viajaron a la aldea de Los Chopos recordando las palabras que un día Él mismo dijo: "el que no se olvide de mí, yo tampoco me olvidaré de él", y así está ocurriendo.

El Señor no se ha ido, sino que está con todos nosotros.
Un beso, tanto para los creyentes como para los que no lo son, que El Señor os bendiga.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Jueves, 5 de Septiembre de 2013

Adela, madre de María, hizo las cosas bien desde el principio y, con ello, me ha dado la llave correcta entre miles de ellas para que este blog se construya. Mensajes de El Señor, grabados por ella y con su fecha correspondiente, verán la luz a través de las publicaciones en este blog y os mostrarán lo que El Señor nos ha estado advirtiendo, enseñando, avisando ... etc, a lo largo de 30 años.
El Jueves, 5 de Septiembre, hace a penas 15 días, El Señor dio su permiso para que todos esos mensajes  se publicaran, y de ello es de lo que os voy a hablar hoy. Transcribiré un mensaje en el que se dirige a todos nosotros pidiéndonos ganas, esfuerzo y dedicación, con el fin último de que el mundo sepa que El Señor, hijo de Dios, ha vivido en carne y hueso entre nosotros hace muy poco tiempo y que sigue estando cada Jueves a través de María.

María empezó a hablar, como tantos otros Jueves, pero terminó hablando El Señor. Esto que os escribo a continuación es un pequeño resumen de lo que dijo, para que todos vosotros lo conozcáis:

"Cuando coges un tren con destino a Sevilla y sólo tienes una o dos paradas entre medias, se llega rápido, pero si tienes muchas paradas, el viaje se hace eterno ... Así ocurre cuando queréis llegar directamente a mí, no hay que hacer paradas cada poco tiempo, sino que hay que ser constantes para poder entrar directamente en El Reino de los Cielos, esa estación a la que todos queremos llegar; para que cuando al llame, me veáis y no tengáis que esperar.
Para coger ese tren también hay que recorrer un trecho en el  que, simplemente, hay que querer y amar, sin que sea necesario el dinero, el cuál no podrá comprar nunca el billete para este tren. Como ocurre cuando una persona dona dinero con el fin de subir al tren ... eso no es así, porque ¿qué harían los pobres que no tienen nada para subir también? ¿no llegan al reino de Dios? No ... lo importante es amarse, compartir un plato de comida, una sonrisa, una palabra de consuelo ... eso es lo que se tiene en cuenta y lo que hace que subamos o no al tren, porque el que no tiene, no puede dar".

Hay que entender lo que año tras año nos ha ido enseñando, de forma que iré publicando los mensajes con su fecha correspondiente, si se puede uno cada dos días, para aprovechar la oportunidad que nos ha dado con la publicación de este blog. Pero para ello es necesaria la colaboración de todos vosotros, para formar una cadena de eslabones fuertes y, juntos, llegar a cumplir lo que Él quiere, que nuestro corazón sonría porque le tenemos aquí ... hay que comprometerse a llevar este barco a buen puerto, para que todos podamos subir a ese tren con la ilusión de un niño, porque todos tenemos que ser niños para que nadie pueda vencer el amor y la ilusión que nos da El Señor.

Tenemos que enseñarle esto al mundo, comprometernos con Él para conseguir que no haya guerras, hambre y vivamos en paz, tal y como El Señor quiere.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Ana

¡Hola a todos! He tardado pero ya me tenéis aquí escribiéndoos de nuevo;
Hoy os voy a publicar la historia de Ana, una chica joven que con 9 años comenzó a sufrir de epilepsia. Tenía convulsiones casi a diario y pasó mucho tiempo ingresada, hasta que una vecina de su mismo barrio recomendó a su madre que la llevase a casa de una señora que curaba a la gente. No es vidente, ni curandera, ni aceptará el dinero o los regalos que la ofrezcas dijo, pero tiene el don de curar a los demás con sus manos y de esta forma llegó Ana a casa de María. 
Aquel primer día, al manifestarse El Señor se acercó a ponerla las manos  y la dijo: "Sé que llevas mucho tiempo sin dormir por lo mal que lo estás pasando, pero vas a llevarte un poco de agua que te voy a bendecir", pero no habían llevado ninguna botella de agua ni nada parecido; al referirselo El Señor contestó: "Antes de salir de aquí la tendrás, y no dejes de venir a esta casa, ni de que te examinen los médicos. Vas a ir a la consulta muy pronto, así que cuando vayas pide permiso y pregunta si puede entrar El Señor", y así fue. Al ir a la consulta su madre lo preguntó, de forma que la doctora se quedó extrañada al ver que no entraba nadie más que ellas dos, hasta que dijo: "¿dónde está El Señor?", a lo que respondieron que era alguien muy especial que siempre iba con ellas, resultó que la doctora también creía y sin saber bien cómo, sin darse cuenta, pero hablando estaban de que no sabía qué mandar a Ana para su enfermedad cuando, hizo una receta que en principio no serviría para nada pero que se la dio por insistencia de su madre.

Desde ese día las convulsiones fueron desapareciendo, espaciándose en el tiempo, de forma que Ana lleva 5 años sin sufrir un ataque epiléptico, lo que la permite trabajar y ser cada vez más independiente, algo que hace tiempo creían imposible.

Este testimonio es un ejemplo más de los muchos milagros que ha hecho El Señor a través de las manos de María y el predecesor de otros tantos que vendrán.

Un beso a todos, espero que os haya gustado y ... ¡volveré a escribiros dentro de muy poco!.
Mari

jueves, 30 de mayo de 2013

David

Después mucho insistir y de ver que lo que comenzó como la ilusión de mostrar al mundo un hecho que cambiará la vida de quién lo conozca y que ahora, 10.390 visitas después, es una realidad ... publico de nuevo. Hoy os dejo la historia de David, una más pero a la vez diferente, como todas las que os escribo. 
Disfrutadla. 

"Hola, me llamo David, y acabo de encontrar en Internet, a través de este blog, a María y quiero dejar pasmado mi testimonio para que todos vosotros lo conozcáis. 
Hace 15 años, llegué a casa de María con mi madre, a través de una vecina, porque estaba a la espera de una operación de espalda y me encontraba muy mal, hasta tal punto que podría quedarme en una silla de ruedas el resto de mi vida. 
Cuando María me puso las manos sólo recuerdo que caí al suelo y allí estuve haciendo gimnasia. Fui un día a  la semana durante cuatro semanas, a lo largo de las cuales me iba encontrando cada vez mejor. Prometí a El Señor llevarle doce rosas rojas cuando estuviera bien y lo quise hacer cuando ocho días antes de la operación, en una de las pruebas, pese al asombro de los médicos ... estaba curado. Sin embargo, no pasábamos por un buen momento económico y no podíamos correr con el gasto. Teníamos 100 pesetas en el bolsillo con las que compramos un billete de lotería y El Señor quiso que nos tocasen 500 pesetas con las que pudimos comprar la docena de rosas que prometí.
Encontré trabajo y desde entonces no he tenido ninguna molestia. Mi madre siguió yendo a esa casa durante mucho tiempo y yo deseo, de todo corazón, que se publique esta carta, para dar esperanza a todos los enfermos y mostrar la grandeza de María y El Señor.

Un saludo a todos y que Dios os bendiga.
David"

domingo, 14 de abril de 2013

Ana y Juan

Sé que hace mucho que no me veis publicar nada, así como algo más de un mes, pero aunque no me dé tiempo a publicar tanto como quisiera siempre estoy aquí, leyendo vuestros comentarios, contestando a vuestros correos ... etc. Y hace unos días Ana me mandó su historia de cómo recurriendo a María y a El Señor consiguió aquello que llevaba tanto tiempo esperando: Su hijo Juan.

"Me llamo Ana, y conocer a María y al Santo Manuel a través de ella me ha traído el regalo más grande que nadie pueda hacerte jamás.
Desde que conocí a mi pareja, yo anhelaba ser madre. Pero después de intentarlo durante varios años, me di cuenta de que algo no funcionaba, y de que debíamos tener algún problema por el que no me quedaba embarazada. Yo andaba por los 33 años cuando convencí a mi marido para ir a una clínica de fertilidad. Nos hicieron pruebas a ambos y el diagnóstico fue demoledor; las probabilidades de conseguir un embarazo de manera natural eran casi un milagro y mediante tratamientos de fecundación las posibilidades tampoco eran demasiadas, nos hablaron de probar la fecundación in-vitro con micro inyección espermática. Así que decidimos intentarlo con la ayuda de los médicos. Realizamos un primer ciclo que no dio resultado, y otro segundo ciclo que tampoco. Esto me afectó sobre todo a mí, psicológicamente, las que sois mamás y habéis deseado alguna vez convertiros en madre podéis entender cómo me sentía. Triste, desesperanzada y por otro lado con los nervios a flor de piel que afectaba a nuestra relación de pareja. Sin embargo, yo soy muy cabezona y tenía muy claro que no iba a parar hasta conseguir mi propósito. Decidimos cambiar de clínica, (ya estábamos más informados sobre el tema y apostamos por una nueva clínica, que nos transmitía más confianza). Aquí realizamos un nuevo ciclo, con un doctor que parecía más experto en la materia y esta vez el resultado del test de embarazo fue positivo, pero no prosperó y al mismo tiempo que realicé el test de embarazo me estaba bajando la regla, según el doctor que me atendía este ciclo fue todo un éxito, porque ya sabía que podía quedarme embarazada. El diagnóstico fue un microaborto. Cada vez me sentía más como un conejillo de indias, a cada ciclo una nueva medicación y los doctores tampoco podían explicar porqué no conseguían mi ansiado embarazo. A todo esto, cada vez que teníamos consulta en la clínica el desembolso económico era importante pero cuando deseas ser madre asumes este coste. Tienes días en los que tu estado de ánimo mejora y otros días en los que piensas que no lo vas a conseguir, pero yo sin embargo, seguía confiando y pidiendo a Dios cada día que me ayudara, que me enviara un bebé, ¿por qué a algunas parejas les es tan sencillo y yo que lo deseaba tanto no podía cumplir mi sueño? Después de un tiempo de descanso, volvimos a intentarlo, era ya el cuarto intento (cuatro fecundaciones in vitro son bastantes, mucha medicación y cuatro operaciones para extraer los óvulos conseguidos, que después fecundan con el esperma de tu pareja). Y esta vez funcionó, yo daba las gracias a Dios todos los días y me sentía la mujer más feliz de este mundo. El día que estando de casi 7 semanas me mostraron el latido de mi pequeño se me puso la carne gallina y sentí una sensación tan intensa e inexplicable que me recorrió todo el cuerpo. Pero esta alegría duró poco, un día más tarde empecé a manchar muchísimo, tenía un hematoma en el útero que me hizo perder al bebé, tuve que ingresar en el hospital y me realizaron un legrado. Este último episodio me sumió en una profunda tristeza y durante los meses posteriores, sólo tenía ganas de llorar, me sentía fatal y me estaba convenciendo a mi misma que no tendría niños, que debía aceptarlo. Además mi chico era reacio a volver a la clínica, también lo estaba pasando mal y no quería ni oír hablar de médicos. Yo pero aún así, seguía pidiendo a Dios que me ayudara. Mi prima se enteró de lo que me había pasado y vino a verme, quería ayudarme y es cuando me habló de MARÍA, sí, MARÍA con mayúsculas. Una señora entrañable que me podía ayudar. “Sus manos son privilegiadas” me dijo, ella pondrá las manos sobre tu vientre y te ayudará a concebir, porque es el Señor (El Santo Manuel) el que actúa en ella. La verdad es que al principio, supongo que a todo el mundo le pasaría lo mismo que a mí si te comentan esto, pensé “menuda tontería”, pero ella me dijo, no te preocupes, María no cobra, no es curandera, simplemente tiene un don en sus manos y ayuda y cura a todo aquél que va a su Templo. Puedes ir y ver, eres libre de no volver si no quieres. Así que pensé, no tienes nada que perder. Dios me estaba tendiendo la mano que tanto le había pedido, pero yo aún no me había dado cuenta. Allí quedé con mi prima y no recuerdo la fecha exacta, pero fui al Templo un jueves de febrero del 2010. Había muchas personas sentadas en torno a María, un altar con el Señor y la Virgen y fotos del Santo Manuel. Aquél día nos visitó el Señor, entró en el cuerpo de una de las personas allí presentes y me acercó al niño Jesús. Yo estaba un poco incrédula, pero tranquila, relajada y a gusto. María iba pasando sus manos durante unos minutos a cada uno de los asistentes. Cuando me tocó a mí, conté mi problema a María y ella pasó sus manos por mi vientre. Las sensaciones eran de calor, de relajación. Algo me dijo que debía volver, además yo y mi pareja habíamos decidido por aquel entonces volver a someternos a una nueva fecundación in vitro (la última), aunque dejaríamos pasar unos meses para recuperarme bien animicamente y para fortalecer un poco la relación con mi chico que estaba deteriorada. Decidimos irnos de vacaciones de Semana Santa y a la vuelta de vacaciones intentarlo de nuevo, por qué no, a la 5ª va la vencida. Pero gracias a María y al Santo Manuel no hizo falta ninguna otra fecundación, tras tener relaciones El Jueves Santo con mi pareja, tuve un retraso que resultó ser un test de embarazo positivo. No me lo podía creer, estaba alucinando, cuatro fecundaciones in-vitro y después de ir a ver a MARÍA, estaba embarazada a la antigua usanza. Comprendí entonces que Dios me había ayudado, que había puesto a María en mi camino y fui a verla para decirlo. Estuve yendo al Templo casi todos los jueves hasta que a mis 37 años de edad, me convertí en mamá de un niño precioso (Juan; que significa Compasión del Señor) del que estoy enamorada. Es lo más grande que te puede dar la vida y estoy profundamente agradecida de este regalo que me ha hecho el Señor.  Sigo yendo a ver a María, aunque ahora con menor asiduidad, ya que mi niño me reclama todo el tiempo, pero no dejaré de ir. Además El Señor me pidió que divulgara este milagro, lo que estoy haciendo.

Espero que mi historia pueda ayudar a todas las chicas que han estado o están en una situación similar y confíen siempre en el Señor.

Ana"

miércoles, 20 de febrero de 2013

Gracias

Hoy, y después de lo que se ha hecho demasiado tiempo sin escribir, quiero hacer un pequeño homenaje; algo que parece pequeño, pero necesario, para honrar la memoria de unos padres que nos permitieron a todos y cada uno de nosotros entrar en lo que hoy es El Templo de los Ángeles, y lo que ha sido y será siempre su casa. Os presento a Juan y Adela, los padres de María:

"En esta foto pueden ver a mis padres, que abrieron las puertas de su propia casa a todas y cada una de las personas que han ido pasando por El Templo. En ningún momento se molestaron sino que se sentían felices de ver que con ese gesto servían al Señor. Estoy segura de que mucha de la gente que lee este blog los reconoce. Ya no los tengo viviendo conmigo, pero ellos siguen en esta casa.

Antes de conocer al Señor mi padre estaba enfermo, un albañil al que nunca le sobró el dinero, por lo que tuvimos que ahorrar hasta poder pagar un taxi que nos llevara a la aldea de Los Chopos. Al llegar salió El Santo Manuel a la puerta y tras hablar con él le dijo que estaba totalmente curado.
Murió con 85 años, tranquila y plácidamente en esta misma casa donde nos reunimos cada Jueves.

María"


domingo, 13 de enero de 2013

Palabras cumplidas


Aquí os dejo una foto más en la que aparece "la virgen de las lágrimas", el día en el que El Señor nos la hizo, como os he explicado en una entrada anterior.


Como podéis ver, aparece María con la virgen, pero en ese momento no era María, sino El Señor, que se manifestó en ella esa tarde, Loli, que nos dejó hace unos años ... Recuerdo que El Señor nos dijo que, algún día, esta foto daría la vuelta al mundo. En ese momento no nos pudimos ni siquiera imaginar cómo podría suceder, pero Él lo sabe todo, y con este gesto quiero cumplir sus palabras. Esta foto, a través de este blog, está dando la vuelta al mundo.